Los descansos son una parte fundamental de la jornada laboral. Es el momento de apartar la vista del ordenador y relajarse. Sin embargo, las pausas en el trabajo no siempre deben servir para continuar el sedentarismo habitual de la oficina. También es necesario realizar descansos activos en el trabajo.
Estas pausas activas, en las que se combina desconexión con movimiento, son perfectas para reducir el estrés a la vez que se potencia la salud física, fomentando también aspectos como la creatividad o la productividad. ¿Cómo implementar los descansos activos en el trabajo? ¿Está tu espacio de trabajo preparado para estas pausas activas?
¿Qué tipos de descansos activos puedes implementar? Caminar o meditar
Los descansos activos consisten en pausas breves durante la jornada laboral en las que se realizan actividades físicas ligeras como estiramientos, ejercicios de respiración o paseos. A diferencia de las pausas convencionales, donde simplemente te sientas o desconectas durante un momento, los descansos activos buscan la movilización del cuerpo para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación sanguínea.
El objetivo de estas pausas es prevenir problemas asociados al sedentarismo como el dolor de espalda, la fatiga ocular y la rigidez muscular, promoviendo un estilo de vida más saludable en el entorno laboral. Además, los descansos activos en el trabajo reportan beneficios a nivel mental: reducción del estrés, mejora de la motivación y aumento de la productividad, entre otros.
Uno de los ejercicios más fáciles y efectivos para las pausas activas es caminar. Salir a dar un paseo corto de 5-10 minutos no solo ayuda a mover los músculos, sino también a despejar la mente. Si no puedes salir al exterior, hay alternativas como caminar por el pasillo de la oficina o subir y bajar escaleras. Existen diferentes ejercicios que incluso puedes hacer sentado en la oficina, de forma que los puedes practicar cómoda y rápidamente sin consumir mucho tiempo.
Los estiramientos mejoran la movilidad articular y reducen la tensión que los músculos acumulan al estar sentado en la misma posición durante mucho tiempo. Algunos estiramientos sencillos pueden ser mover el cuello en círculos, estirar los brazos hacia arriba o tocar la punta de los pies con los dedos para relajar la espalda.
Por otro lado, rotar los tobillos, muñecas, hombros y caderas ayuda a mejorar la movilidad de las articulaciones, evitando rigideces o lesiones a largo plazo. En general, realizar movimientos circulares suaves cada cierto tiempo es clave para mantener el cuerpo activo durante la jornada laboral.
Otra opción es dedicar unos minutos a la respiración profunda, lo cual también puede tener gran impacto en la salud mental. La respiración controlada aminora el ritmo cardíaco, calma la mente y reduce el estrés. Practicar respiraciones profundas durante 2 o 3 minutos te ayudará a centrarte y a continuar con tus tareas más relajado.
Por último, incorporar la meditación como parte de tus pausas activas es una excelente forma de recargar energías. Incluso cinco minutos de meditación al día pueden hacer maravillas para aliviar el estrés y mejorar la concentración. Encuentra un espacio tranquilo, siéntate de forma cómoda y simplemente enfócate en tu respiración.
¿Cómo ayudar a incorporar los descansos activos a tu jornada?
Saber qué hacer es solo una parte de la ecuación: faltaría cómo implementar estos descansos activos de manera eficaz y duradera en el tiempo. Algunos de los consejos en este sentido son:
- Utiliza recordatorios: usa alarmas o apps para recordarte que debes moverte cada cierto tiempo.
- Planifica con antelación: divide tu jornada laboral en bloques e incluye pequeños intervalos de actividad entre ellos.
- Hazlo en equipo: si trabajas en una oficina, anima a tus compañeros a unirse a las pausas activas. Esto no solo fomenta un ambiente saludable, sino que también refuerza la relación y la comunicación.
- Adapta tu espacio de trabajo: si no tienes tiempo para salir a caminar o estirar, apuesta por mobiliario que cuide tu salud física. Para ello, las sillas ergonómicas como Trim con cabecero alivian tensiones en puntos críticos como hombros, cervicales, brazos y rodillas. Además, recogen y se adaptan a los movimientos del cuerpo, permitiendo disfrutar más de los descansos activos como las rotaciones o las respiraciones profundas.
Beneficios de los descansos activos en el trabajo
Incorporar pausas activas en tu jornada laboral ofrece una serie de beneficios que pueden mejorar tanto tu salud física como mental:
- Mejora la circulación sanguínea: permanecer sentado durante largos periodos de tiempo puede afectar a la circulación, provocando hinchazón en las piernas y otras complicaciones a largo plazo. Los descansos activos ayudan a que la sangre fluya adecuadamente, mejorando el oxígeno en los músculos y el cerebro.
- Reduce el estrés: el estrés crónico en el trabajo es uno de los principales factores que afecta la calidad de vida. Tomar pausas breves para moverte, estirarte o respirar profundamente te ayuda a reducir el cortisol en tu cuerpo (la hormona del estrés), mejorando tu bienestar general.
- Aumenta la productividad: al contrario de lo que se podría pensar, las pausas no disminuyen la productividad, sino que la incrementan. Realizar pequeños descansos durante la jornada laboral ayuda a despejar la mente, mejorar la concentración y renovar la motivación para seguir con las tareas.
- Previene dolores musculares: las largas jornadas frente a una pantalla, especialmente si no se tiene una postura adecuada, pueden generar dolores de espalda, cuello o muñecas. Las pausas activas permiten evitar el desarrollo de tensión muscular, algo crucial para evitar problemas a largo plazo.
- Mejora la postura: incluir estiramientos y movimientos en tu día ayuda a corregir la postura, evitando que los músculos se tensen en posiciones incorrectas. Apuesta por la ergonomía en el lugar de trabajo, tanto en las áreas de trabajo compartido como en los despachos. En este sentido, el sillón directivo Cron puede marcar la diferencia en tu comodidad: su asiento y respaldo se ajustan al movimiento del cuerpo. Todo ello con un diseño cuidado hasta el último detalle, combinando la elegancia con el confort y la ligereza.
Adecuar espacios de trabajo para descansos activos
Aunque se pueden realizar descansos activos en cualquier espacio de trabajo y en el exterior, se hacen mucho más sencillos si se cuenta con el ambiente adecuado. Con un esfuerzo mínimo se puede tener un área donde aliviar la tensión muscular y reducir el estrés en plena jornada laboral.
Si trabajas desde casa, es importante que destines un pequeño espacio donde puedas moverte libremente, hacer estiramientos o incluso practicar meditación. Para desconectar completamente y no sobrecargar el ambiente, te recomendamos incorporar algún mueble auxiliar donde dejar tus pertenencias, como la mesa Bend. Al ser ligera y contar con una estética amable, te supondrá un apoyo y se puede transportar con facilidad.
En el ambiente de oficina puedes proponer la creación de zonas comunes donde realizar estiramientos o ejercicios de movilidad, con mobiliario polivalente y ligero que permita variar la configuración del espacio sin esfuerzo. Si existe la posibilidad de salir, otra opción es organizar caminatas cortas en conjunto.
En definitiva, incorporar descansos activos en tu jornada laboral puede mejorar tu experiencia. Con ellas, no solo podrás mejorar tu bienestar sino también tu rendimiento laboral a largo plazo a través de beneficios como la reducción del estrés o el fomento de la creatividad. ¡Empieza a incluir pequeñas pausas activas en tu rutina y descubre la diferencia en tu salud física y mental!